Manuscrit de la Biblioteca de Catalunya

El crític J. Ganivel Mas publicà l’any 1919 que havia trobat a la Biblioteca de Catalunya un llibre singular amb el títol “La Hystoria de fray Jua Garin y de como fue fallada la ymagen de nuestra señora de Monserrate: con algunos milagros a invocacion de nuestra señora de Monserrate” escrit amb lletra gòtica de dos tamanys, sense indicacions bibliogràfiques, 36 fulls sense foliar[1].

Aquest llibre, escrit en castellà, conté dos tractats, el primer és la vida de fra Joan Garí i el segon són setanta miracles fets a invocació de la Mare de Déu de Montserrat. La portada del llibre no té cap semblança amb l’estil de les portades dels llibres gòtics. J. Ganivel Mas no pot identificar amb precisió la data d’impressió, s’inclina en pensar que fou editat a la primera meitat del segle XVI. Actualment, en el catàleg de la Biblioteca de Catalunya consta que és de 1527. Ganivel Mas pensa que es tracta d’una impressió feta fora de Catalunya atès la impresició que hi ha en molts noms de población que están traduits per fonética al castellà. Segons l’opinió de J. Ginavel Mas aquest text “és una versió castellana d’un manuscrit primitiu català avui desaparegut, puix és ben divers dels texts similars que tenim, per exemple el del Cabilde de la Catedral de Barcelona”. 

Ramon Miquel i Planas suggereix la possibilitat que ell anomena llibre de pergamí, ara identificat com a Llibre vermell de Montserrat, no fos un precursor del Llibre dels miracles del qual es farien còpies, unes en català, altres en castellà per altres monestirs de la Congregació de Valladolid i altres en llatí per la seva difusió universal[2]

[1] Givanel Mas, J. (1919) Un exemplar rarissim de la historia de Garí, fundació de Montserrat i miracles de la Mare de Déu Analecta Montserratensia vol III p. 274

[2] Miquel i Planas, R. La leyenda de Fr. Juan Garín ermitaño de Montserrat, Barcelona, 1940, pp. 61-67. P. 57

A continuación es reproduexi el text de la primera part del manuscrit trobat per J. Givanel Mas. Per fer més comprensible la seva lectura s’han substituit les grafia de les “v” antigues, que són “u”, per la “v”. S’ha respectat la resta de grafia i ortografía del text..

 

“COMO SE FUNDO LA CAPILLA DE MONSERRAT / TE A CAUSA DE LA YMAGEN DE NUESTRA SEÑORA LA VIRGEN SANCTA /MARIA, QUE MILAGROSAMENTE FUE HALLADA EN UNA CUEVA DE / AQUEL MONTE FOR UNOS PATORES: E DE ALLI EL OBISPO DE MAN/RESA LA QUISO LLEVAR SOLEMNEMENTE CON GRAN PROCESION A SU / CIUDAD, MAS EMPERO N0 LA PUDO MOVER MAS DE HASTA EL LU / GAR DONDE AGORA ESTA: EN EL QUAL LUGAE LA BENDITA SEÑORA CON / TINUAMENTE HAZE MUCHOS MILAGROS CON SUS DEVOTOS E CON/ TODOS AQUELLSO QUE HUMILMENTE SE LE ENCOMIENDAN.

En tiempo del primer Conde de Barcelona, llamado don Grifo, el peloso, ochocientos e ochenta años despues del nacimiento de nuestro redentor JesuChristo, fue un gran varon e santo hermitaño que se llamava fray Juan Garin, el qual escogio de hazer vida en el desierto e montaña de Monserrate retraydo en una cueva de aquel monte. Este hermitaño tenia por costumbre de yr a Roma de tiempo en tiempo por visitar las santas reliquias e ganar las yndulgencias e perdones otorgados por nuestros muy santos padres, a los que las vesitan, porque asi lo solian hazer en aquel tiempo los varones de vida perfeta (como Sant Gregorio recuenta de muchos de su tiempo en los Dialogos). E cada vez que este hermitaño entrava en Roma, por su gran santidad se tañian las campañas milagrosamente por si mismas, ca era hombre de mucha penitencia, muy dado a la oracion e contemplcion, lleno de buenas obras e muy temeroso de Dios, y entre las otras cosas que rogava a Dios en la oracion, principalmente le pedia que le guardasse de caer en fornicio e de hazer omicidio. Empero, el diablo movido de embidia de la vida tan virtuosa e apazible a Dios que este hermitaño fazia, tentolo muchas vezes en spiritu con diversas ylusiones diabolicas, mas el varon santo, fray Garin, con la continua orazion, a la qual humilmente se dava, desfazia facilmente las dichas ylusiones, como el sol desfaze la niebla. Entonces el demonio tomo forma humana, y en habito de otro hermitaño pusose a fazer vida solitaria e de mucha penitencia al pie de una gran peña, que agora se dize la cueva de Sathanas, de la otra parte del barranco enfrente de la celda de fray Garin, e alli se le puso vezino. E deste demonio el varon santo fue tentado muchas vezes en diversas maneras de pecados, y especialmente en luxuria e omecidio; e quando fray Garin era tentado e se fallava muy turbado de las dichas tentaciones, muchas vezes passava el barranco para se consolar con el hermitaño vezino, al qual dezia sus passiones pensando fallar remedio, e se bolvia a su celda muy consolado por algun poco de tiempo de los buenos consejos que el hermitaño vezino le dava; mas despues, mucho mas le crecian las tentaciones, en tanto que una vez como hombre que estava fuera de si mismo andava dando grandes bozes por la celda contra el enemigo tentador, diziendo: “O enemigo de Dios ¿porque combates tan reziamente a su siervo? Vete, pues de mi celda, e no buelvas mas ; dexame en paz, demonio, e no me turbes que en ninguna manera podras aver vencimiento de mi.” E fuesse luego a la ceIda del hermitaño vezino, e dixole: “Padre, con verguenza vengo a ti tantas vezes sobre una misma coa; ruegote que me perdones e fagas oracion por mi, porque las tentaciones me dan guerra mucho mas que fasta aqui, e aun en este dia me han traydo casi en vencimiento que no me dexan reposar en la celda, e a esta causa vengo a ti.” Respondio el hermitaño vezino e dixo: “Ya sabes, fray Garin, que las tentaciones son dadas a los siervos de Dios para los provar e no para los vencer, si ellos no quisieren, por ende esfuerzate e toma animo porque en ninguna manera podras ser coronado si no - perseveras fasta el fin.” E assi se bolvio fray Garin consolado a su celda. E coma viesse el demonio que no podia derrocar al siervo de Dios, fuesse a su principal, Lucifer, e dixole: “Ya he trabajado por muchas maneras de tentar aquel gran varon solitario, fray Garin, e nunca le he podido vencer solo, por ende, mandame dar un compañero e los dos ternemos manera como en breve tiempo le destruyamos.” E tomado el compañero, ordenaron entre si que el uno quedase en el desierto en habito de hermitaño, como solia, y el otro entrase en el cuerpo de la fija del Conde de Barcelona e quando la conjurasen, dixesse que no podia salir de aquel cuerpo sino por las oraciones de un santo varon solitario que se llamava fray Garin, el qual fazia vida de mucha penitencia en el desierto de Monserrate. E desque el espiritu malino entro en la donzella, e conocieron el Conde e la Condessa que su fija estava endemoniada, mandaronla llevar por las yglesias de la ciudad e a otros lugares sagrados acompañada de muchos sacerdotes; mas la donzella en ninguna cosa fallava descanso, e siempre que los sacerdotes la conjuravan, respondia el espiritu malino: que no podia salir de aquel cuerpo sino por las oraciones del solitario que hazia penitencia en Monserrate. El Conde como oyesee muchas vezes la respuesta que dava el espiritu malo, por el gran desseo que tenia de remediar su fija, determine de la embiar al siervo de Dios, fray Garin; e desque llegaron los cavalleros con la dicha donzella a la celda, el varon santo espantose mucho del gran tropel de la gente, e fizo oracion con ellos, e despues dixeron los cavalleros: “Padre fray Garin, el Conde nos embia aqui con esta su fija que esta endemoniada, ruegate mucho que la sanes porque sabe que eres hombre santo e que tus oraciones son muy aceptas a Dios. Entonces fray Garin maravillose mucho mas de la embaxada que trayan, e dixoles: “Yo soy un gran pecador que fago aqui penitencia por mis pecados, e no santo, como vosotros dezis; por ende, bolveos a vuestras casas a buscar por otra parte esse sancto que dezis, ca yo no soy santo, ni tampoco me atrevo a tomar cargo de sanar la donzella.” E como los cavalleros viesen que fray Garin rehusava de tomar a cargo la donzella, ymportunaronIe mucho sobrello, tanto que les dixo: “Yo, señores, por ninguna manera fare lo que me rogays, mas esperadme aqu. e yo yre  a un padre hermitaño que tengo vezino en este desierto, hombre de muy gran penitencia, con el qual yo me consuelo muchas vezes e contarle he todo lo que me haveys dicho, e segun el me aconsejara yo vos dare la respuesta, porque otras muchas vezes soy ydo a el en mis tribulaciones, e lo he fallado muy buen padre e vezino, e me ha siempre consolado e aconsejado lo bueno.” E dicho esto, fuesse fray Garin para su vezino el hermitaño, e dixole: “Padre, los cavalleros del Conde me han traydo su fija que esta endemoniada, para que la sane; mas yo no la he recibido en mi celda, ni me parece que la devo recibir. Ruegote que me aconsejes lo que devo fazer.” Respondio el hermitaño: “Fray Garin, paresceme que deves recibir essa donzella y curar della como el Conde confía de ti, ca para esto estamos nosotros en el yermo, faziendo penitencia para rogar por los pecados de los que en el mundo estan, e sacar las enfermedades, mayormente espirituales como esta.” E assi se bolvio fray Garin a su celda, e recibio la donzella, e pusose en oracion por ella, mas quando conjurava fray Garin al espiritu malo que estava en ella, respondia el dicho espiritu que no saldria de aquel cuerpo si primero no se yvan todos los que con la donzella avian venido, e como oviese respondido esto muchas vezes deliberaron los cavalleros e las dueñas que vinieran con la donzella de se bolver a Barcelona, e dexar la fija del Conde, mas fray Garin no los dexava yr; e visto quel demonio estava firme en dezir que no saldria del cuerpo de la donzella si primero no se yvan los que con ella venido, e con el gran desseo que los cavalleros e duañas tenian de la salud de la donzella, importunavan mucho a fray Garin, e pedianle licencia para se yr. Entonces fray Garin les dixo: “Esperadme quanto vaya a este padre hermitaño, mi vezino, para que lo consulte con el.” Al qual dixo: “Padre, ya sabeys como me truxeron la fija del Conde endemoniada, e la recibi por tu consejo, en mi celda, ya he fecho oracion por ella, mas no aprovecha, antes responde el espiritu malo que si no se van todos los que con ella vinieron que no le aprovechara mi oracion a la donzella, mas yo en ninguna manera querria quedar solo con ella, porque el diablo es sotil, e aunque no sea sino el dezir de las gentes, me parece ser gran afrenta.” Respondio el hermitaño vezino e dixo: “Fray Garin, piensa que Dios ha dado esta enfermedad a esta fija del Conde, e no sabemos por cuyos pecados a ti he dado gracia para la curar; por ende no deves de mirar en esto al dicho de las gentes, mas socorre a esta enferma e no te detengas en esto porque el mal espiritu no fatigue aquel cuerpo que es muy delicado, o con la mucha pena que lo atormenta podra facilmente desesperar la donzella, e si muriesse on tal estado serias tu obligado a dar cuenta de su anima; no tardes pues en recebirla, e tu date muy afinadamente a la oracion, porque sola la oracion es propia medicina contra el demonio, o mira que por ventura Dios to ha enbiado esta donzella, mas para tu provecho que para su salud, porque te exercites en la virtud de la oracion en la qual estas muy tibio, e dexa yr los cavalleros e las dueñas  que vinieron con ella porque no te desassosieguen e retraygan de Ia oracion, mas diles que buelvan desde a pocos dias por la fija del Conde.” Assi fray Garin, so bolvio a los cavalleros o los dio licencias para que se fuessen juntamente con los dueñas; e la donzella so quedo en su celda. Donde a pocos dias que la fija del Conde quedara, el varon santo començo de ser tentado por la fermosura de la donzella e temiendo su cayda yvase al hermitaño vezino e dezialo sus tentaciones, mas el hermitaño lo consolava y esforçava mucho. Finalmente un dia vino el dicho fray Garin e dixole: “Padre, en ninguna manera puedo sufrir las tentaciones ; pues los cavalleros del Conde no vienen por su fija, yo quiero dexar la celda o también la donzella, ruegote que mires por ella, que no podrán tardar los del Conde.” Entonces el hermitaño vecino dixo a fray Garin: ”Pues agora conoce que es verdad lo que el otro dia te dixe, que estavas muy tibio en la virtud de la oracion, e que Dios to embiava esta donzella endemoniada que no puede haver salud sino con la medicina de la oracion, a si tu estuviesses ferviente ya seria sana e tu fuera de tentaciones; esfuerçate pues, e tornate a tu celda con voluntad de perseverar en ella, porque si te fuesses, darias de ti muy grande escandalo, e ninguno de aqui adelante querria hazer vida solitaria por tu causa, e aun mas si dexassos la donzella sola podria  ser ynfamada si algunos viniessen a la tu celda fallandola alli.” Oydas aquestas razones, fray Garin so bolvio a su celda, donde fue erí tanta manera encendido de la teneacion de la carne, que pospuesto el temor de nuestro señor Dios, cometio fornicio con la fija del Conde. E desque fray Garin lo que dosonrado fuesse para el hermitaño vezino, e dixole: “Padre, con verguenza vengo a ti, ruegote que me perdones e fagas oracion por mi que soy gran pecador, porque vencido de la tentacion he cometido fornicio con la donzella que me encomendaron” E tendioso a sus pies rogandele que lo diesse penitencia e aconsejase lo que devia fazer, al qual rospondio el hermitaño: “La fama de tu vida, fray Garin, es tanta que, si se supiesse este tan gran pecado, muchos de los christianos se darian muy sueltamente a semejantes pecados e a otros muchos, e desfallecerian en la fe porque son muy muchos menos en ella, e los muchos ynfieles que posseon la mayor parte desta provincia de buriarian en gran manera do los christianos e de su ley e de su Dios, que assi dexa caer a sus siervos ; por ende, soy do parecer que porque el pecado no venga a noticia de los simples, que sabiendolo podran caer en otras mayores, que mates la donzella e la entierres secretamente, porque el peccado que es secreto ya es modio perdonado.” Mas fray Garin, turbado del primer pecado, luego consintio en el segundo, de manera que mato la donzella y enterrola en su misma celda, e vinoso luego al hermitaño vezino, diziendo: “Padre, pordoname o ruega a Dios por mi que soy gran pecador, porque he muerto la donzella, e la dexo enterrada en mi celda.” Entencos el hermitaño vezino, descubrio su maldad e dixo: “Tu eres, fray Garin, el gran solitario y tenias tan gran fama de santo que te trayan los endemoniados para que los sanases, por cierto si te conocieran bien no to tuvieran por santo, mas por malfechor; tu que presumias de echarme de tu celda, ves como yo to he echado del cielo; tu que resistias a las pequeñas tentaciones que yo te representaba, o las tenias por gran ofensa, conoces como yo to he fecho caer en tan grandes pecados; bien pensavas que yo no pudiera aver vencimiento de ti, sabe pues que desde el primer dia que te retruxiste al desierto para fazer vida solitaria tome a cargo de te fazer pecar, e a esta causa te me puse por vezino, pues no to podia dañar de otra manera, e pedi a mi principal Lucifer otro compañero que entrase en el cuerpo de la fija del Conde, porque se siguiese todo lo que se ha seguido della; conosce, pues, como has perdido todos los dias de tu penitencia por los grandes pecados que has fecho, o que nunca bastaras a fazer satisfacion dellos, pues date buen tiempo, e bive estos pocos dias que to quedan en plazer, no cures dende en adelante de fazer mas vida en el yermo, ni de fazer mas penitencia, pues no te ha de aprovechar, ca tan grandes son tus pecados que nunca podras alcançar perdon dellos, como no tampoco nosotros lo podemos alcançar, por mas penitencia que fazemos, pues ten por cierto que desque passares desta vida seras como uno de nosotros.” E dichas estas cosas, dio un gran tronido e desaparecio supitamente; e fray Garin, como se vio assi burlado del hermitaño vezino, vino casi a desesperacion de las cosas que lo avia dicho, e muy turbado dexoso caer en tierra, donde estuvo por gran espacio que no so levanto e alli se acordo como cada año solia yr a Roma, por donde delibero de se poner en camino en aquella misma ora, porque no podia echar de la fantasia las cosas que le avian acontecido en aquel lugar. E como llego a Roma, no so tañeron las campanas como solian, de donde mas claramente, fray Garin, conocio la ofensa que a Dios avia fecho, e pura e muy devotamente confesso sus pecados al Santo Padre, el qual lo dio por penitencia, entre las otras cosas, que anduviese a gatas, como bestia a quatro pies, o que no alçase los ojos al cielo fasta que le fuesse pordonado su pecado. E assi el siervo de Dios se bolvio a su celda, viniendo todo el camino a gatas, e alli fizo muy aspera e solitaria vida, andando siempre a quatro pies e comiendo yervas como bestia del campo, sus carnes cubrialas con sus propios cabellos. En este tiempo que fray Garin fue a Roma, fueron los cavalleros del Conde a su celda por saber de la donzella que le avian encomendado, mas como no fallaron a fray Garin, ni tampoco al hermitaño su vezino, ni menos fallaron rastro de la donzella, espantados de tal hecho bolvieronse al Conde e dixeronle como no fallavan a su fija. Entonces mando el Conde poner gran diligencia en buscar su fija por muchas partes e como no la fallasen, ni tampoco a fray Garin, bolvieronse los mensajeros a Barcelona. Pues ya pasados muchos dias quel Conde tenia olvidada a su fija, quiso yr a caça a un gran boscaje que esta a las faldas de Monserrate, fazia la parte del rio que se llama Lobregote, porque decendian por essa parte las bestias a bever, e andando en el monte, sintieron los perros caça e siguiendo el rastro toparon con un salvaje e començaron de ladrar muy reciamente en rededor del, empero no se le osavan llegar y en esto llegaron los caçadores y el Conde con ellos y espantaronse mucho en ver aquella bestia salvaje, porque nunca avian visto otra semejante, ca tenia todas las fechuras de hombre, salvo el andar, e dixo el Conde a los suyos: “Poned a buen recaudo esta bestia e fazed como llegue biva a Barcelona, porque no quiero que muera como las otras bestias fieras en la caça, mas quiero que esté a la puesta de mi palacio para que todos la vean.” E desque llegaron a Barcelona mando el Conde poner la dicha bestia salvaje debaxo del escalera, con una cadena, a vista de todos los que entravan e salian del palacio. En este tiempo que fray Garin fazia penitencia en casa del Conde, debaxo del escalera, acaecio que tres pastores que guardavan ganado por las faldas de la montaña de Monserrate, vieron un sabado en la noche unos grandes rayos de fuego e centellas que decendian del cielo e feriran en una cueva al pie de una gran peña, e alli sentian grandes cantos e menestriles, e los pastores espantaronse mucho desto, e desque vino el otro sabado adelante vieron e oyeron otro tanto y ellos mucho mas se maravillaron. E cada dia fablavan entre si, que podra ser aquello, e quando vino el otro sabado tornaron a ver lo que dos vezes avian visto e oydo, sobre lo qual ellos se fueron al lugar e lo dixeron a sus amos, a los quales, los pastores rogaron que para el sabado adelante fuessen a ver el ganado e verian si por ventura decenderian aquellos rayos de fuego que ellos avian visto decendir, en los tres sabados pasados, e oyrian essos dulces cantares que ellos avian oydo. E como vino el sabado, sus amos fueronse para los pastores, como avian concertado, e desque fue anochecido vieron decendir rayos del cielo muy resplandecientes que ponian todo aquel valle tan resplandeciente e claro como si de dia fuesse, e oyan por toda aquella montaña dulces cantares e unas centellas que ferian en una cueva al pie de una gran peña, maravillados de lo avian visto e oydo, fueronse con pensamiento de bolver el sabado siguiente, e assi lo fizieron por tres vezes e siempre vieron lo que la primera vez, mas ellos no sabiendo como se havian de aver en este fecho, fueronse a un cura de un lugar cercano que se llama Conlesa. Este cura hombre de muy buena fama e muy dado al servicio de Dios e como le fallaron sus amos de los pastores, respondio: “Yo señores, no se que deziros, es cosa tan nueva, e segun me dezis, milagrosa, mas ruegovos que me llevedes alla el sabado que viene, si por ventura yo podre ver cosa de tanta maravilla como me aveys dicho.” E con esto se fueron alla el sabado, el cura con sus amos de los pastores e los mismos pastores, e vieron todo lo que fasta alli avian visto, mas el cura, no contento, torno otros dos sabados, e dende por tres vezes fue certificado de aquella vision tan grande; fuesse para la ciudad de Manresa, que esta tres Ieguas de Monserrate, fazia la parte de los montes Pirineos, que son fazia el norte, al Obispo e contole todas las cosas como se las avia dicho y el las avia visto. E como el Obispo tuviesse al dicho cura de Conlesa en gran reputacion e por sacerdote de mucha santidad, diole credito e rogole que le levase consigo para el sabado venidero porque el deseava mucho ver todas aquellas cosas que le avia dicho; e assi se fueron para Monserrate; y el sabado, despues de anochecido el Obispo vio aquellos rayos e grandes resplandores que alumbravan todo aquel monte, e la dulce armonia e cantares, e detuvose toda aquella noche en admiracion; y el domingo, mando subir hombres por essos grandes despeñaderos fasta que llegasen al pie de aquella gran peña, donde ferian los rayos muy espesos e mas ardientes que en ninguna otra parte del monte, e quando los hombres del Obispo llegaron a la peña, vieron una ymagen de Nuestra Señora Ia virgen Sancta Maria que tenia el niño Jesus en los braços, e la cueva llena de candelas encendidas, e bolvieronse luego para el Obispo que los esperava en la celda del monte, e dixeron todo lo que avian visto. Entonces el Obispo y el cura, con los canonigos que al Obispo traya consigo, subieron a la cueva e adoraron la ymagen, e dexaron alli de la gente que levavan, y el Obispo se fue para la ciudad de Manresa, donde mando, a los de la ciudad lo acompañasen con la cruz e los canonigos e todos los eclesiasticos, salieron en procesion e vinieron a Monserrate por la ymagen que alli milagrosamente auia sido revelada, para la llevar a la ciudad donde fuesse venerada por los cristianos. E como llegaron a la cueva fecha oracion, tomaron la ymagen e subieron por una cinta de peñas muy altas, camino de Manresa, y en una solana pusieronse a descansar, e como ya despues de reposados tornasen a tomar la dicha ymagen, en ninguna manera la pudieron mover de aquel lugar donde agora esta, de lo qual maravillado el Obispo con todos los que con el venian, dieron gracias a Dios por el milagro grande que les avia seguido, y el Obispo entonces mando hedificar alli una capilla, en la qual fuese visitada aquella sancta ymagen de Nuestra Señora, y el cura de Conlesa como fuesse muy devoto de Nuestra Señora, considerando las muchas maravillas que sobre aquella santa ymagen avia visto, diose perpetuamente a la capilla  para fazer el servicio que fuesse menester en ella. Passados, despues desto muchos dias, siguiose un dia que un niño, fijo del Conde de Barcelona, de hedad de tres meses, llorava tanto que con ninguna cosa lo podia acallar el ama e trayalo por todo el palacio, e como passassen por delante del salvage, que estava debajo del escalera, el niño echo el ojo hazia el salvage, e començo de callar ; entonces el ama reparose un poco por se lo mostrar, y el niño con rostro muy serene mirolo un rato e dende a poquito dixo al salvage: “Fray Garin, levantate, que Dios te ha perdonado.” Y el salvage, oydas estas palabras, alçose derecho e cogidas las manos alço los ojos al cielo e dio gracias a Dios por la misericordia que avia alcançado. En esto, el ama dio bozes, porque avia visto alçar de pies al salvage, lo que fasta alli nunca le avia visto hazer, pensando que la queria dañar o al niño, e a las grandes bozes que el ama dava, decendieron todos los de la case y el Conde con ellos para ver que cosa era, e dixo el ama al Conde: Señor, yo no podia callar el niño e decendilo para que viesse el salvage, e luego callo, e dende a poquito hablo el niño en mis braços, diziendo: A “Fray Garin, levantate que Dios te ha perdonado”, y el salvage se alço en dos pies e también alço las manos, e yo pense que me queria arrebatar el niño de los braços, el por esto temiendo, di grandes bozes porque fuesse presto socorrida.” Dicho esto el ama, el salvage se echo a los pies del Conde e pidiole perdon, diziendo: “Yo, señor, soy fray Garin, al qual tu encomendaste tu fija para que la sanasse, mas yo como malo la desonre e fornique con ella, e despues, porque no fuesse descubierto mi pecado, la mate e la enterre en mi misma celda, a esta causa me fue a Roma e me dieron por penitencia que anduviesse a gatas hasta que el Señor me perdonasse mi pecado, e agora ha tenido por bien de me lo perdonar, segun que este niño, tu fijo, me lo ha dicho.” Visto esto el Conde, echose tambien a los pies de fray Garin rogandele que le perdonase por el mal tratamiento que le avia mandado fazer, ca si la conociera nunca tal mandara, mas pensava que fuese algun salvage; e desde alli el Conde, fizo dar de vestir al dicho fray Garin e mandole tratar muy bien. E dixo el Conde: “Padre fray Garin, ruegote que vamos a Monserrate e me enseñes el lugar donde enterraste a mi fija, porque la fare traer a la Seo de Barcelona y enterrar honrradamente con sus parientes.” Respondio fray Garin: “Mucho me plaze, señor, lo que dizes, porque yo espero en Dios que mostrara milagro con tu fija, que ninguna culpa tenia, pues lo ha mostrado comigo que soy tan gran pecador, e per cierto que yo te lo oviera suplicado antes, mas fallome tan confuso e avergonçado que ninguna cosa te ose dezir tocante a este caso. “E assi se fueron juntamente para Monserrate, e primero visitaron aquella santa ymagen de Nuestra Señora, que assi milagrosamente avia sido fallada, e fizieron oracion en la capilla, la qual se avia hedificado nuevamente por mandado del Obispo en el tiempo que el Conde tenia en su casa a fray Garin, debaxo de la escalera, como salvage; e fecha la oracion fueronse a la celda de fray Garin, e llegados al lugar donde la doncella estaba enterrada, fray Garin se puso en oracion muy afincadamente regando la sepoltura con muchas lagrimas, e desque ouo fecho oracion gran rato, cuando cavar la dicha sepoltura e hallaron la donzella biva e sana e tan fresca como el dia en que fuera enterrada. El Conde, visto el milagro grande que Nuestro Señor avia mostrado en su fija, dio gracias a Dios por ello, e dixo a la donzella: “¡O, fija mia! Muy obligado soy a Dios por esta merced que me ha fecho, que yo te pueda ver biva, despues de tanto tiempo que te avia olvidado, no por el poco amor que te tenia, mas porque poniendo mucho recaudo en saber de ti, nunca pude alcançar el secreto donde podias estar, e por remedio e por consolacion nuestra, yo e tu madre, la Condesa, procuravamos de te poner en olvido porque no nos diesse mas pena la memoria de tu daño de como tan desastradamente te aviamos perdido sin poder remediarte, ca pensando socorrerte con santa intencion en tu enfermedad, te perdimos con mucha lastima de nuestros coraçones. Dime, pues, fija mia, como puede ser esto que despues de tanto tiempo que eres muerta y puesta so la tierra, bives.” Respondio la donzella, e dixo “Yo, señor padre, solia ser muy devota de Nuestra Señora la Virgen Maria antes que fuese degollada, e por su intercesion he resucitado, por lo qual, de aqui adelante, ofrezco todos los dias de mi vida al su santo sacrificio.” E assi el Conde se bolvio a Barcelona con la dicha fija, la qual tomo habito de religion, e fray Garin se quedo en Monserrate juntamente con el cura de Conlesa en servicio de la capilla de Nuestra Señora, e alli acabo sus dias muy santamente. E despues de los dias de fray Garin, la fija del Conde, con otras religiosas se fue a hazer vida en la dicha capilla de Nuestra Senora de Montserrate, y el Conde hedifico alli un monesterio en el qual fue abadessa su misma fija e alli sirvio a Nuestra Señora muy santamente todos los dias de su vida. Despues fue aquel monesterio governado por mugeres religiosas, que bivian debaxo de abadessa, segun la regla de Sant Benito, hasta el tiempo del buen Conde Borrel, que fue el cuarto Conde de Barcelona, el qual como viesse que la devocion de los cristianos crecia mucho y los peregrinos que venian a visitar la capilla de Nuestra Señora de diversas partes del mundo, eran muchos e no podian ser proveydos en sus necesidades por las religiosas que alli estavan, mando passar las dichas religiosas a un monasterio que les hedifico en Barcelona, que se dize Sant Pedro de las Puelas e les dexo renta con que biviessen, y en Monserrate puso monges del Monesterio de Repillo, que es el monasterio mas principal que ay en Cataluña, de la Orden de Sant Benito, donde los Condes de Barcelona tienen sus enterramientos, e quiso que Monserrate fuesse subgecto al dicho monasterio de Repillo”