Topografia montserratense – El Santuario en 1811 (article del P. Ramon Colomé 1911)

Está visto que una de las dificultades con que siempre se ha debido luchar en Montserrat y que por cierto no podrá tampoco solucionarse, es la falta de terreno para el engrandecimiento del Santuario. Ya desde el siglo XIV, época de la que tenemos datos fidedignos, los edificios no fueron edificados a la vista de un proyecto general, sino que se levantaba ora un piso, ora otro superior[1] , y así sucesivamente; las ruinas o despojos de una pared a fuerza de años y paciencia llegaban a terraplenar un torrente, y entonces como por ensalmo aparecía un nuevo terreno edificable, cuya existencia nadie jamás hubiera sospechado sin disponer de antemano de copiosos caudales, cuales no era posible imaginar. Prueba son de ello la nivelación y primeros fundamentos de la actual iglesia, que pudo llevarse a cabo gracias al apoyo o interés de los Reyes Católicos y a las cuestaciones que se hicieron por toda España y aun por el extranjero.

Cuando el Santuario ocupaba un muy limitado espacio en el pequeño cerro que se eleva en lo que actualmente es claustro gótico, bastaba un edificio de humilde: proporciones y reducida altura para que produjera total efecto: era al igual que uno de tantos santuarios que vemos erigido en las cimas de nuestros pueyos. Pero llegó un día que en su acrecentamiento engulló los cerros, devoró los torrentes, allanó montes, y entonces sus edificios parecieran mezquinos si no compitieran con los precipicios que le rodean, y fue necesario exagerar sus proporciones para que guardaran analogía con los enormes peñascos que se yerguen a su alrededor. De aquí es que todo lo que se hace en Montserrat si no forma parte de un todo grandioso, queda aminorado, muy empequeñecido: testigo son de ello algunos soberbios monumentos, que una vez puestos en su lugar respectivo han resultado de cómico efecto.

El Santuario de Montserrat ocupa hoy una meseta artificial[2] de cerca de 580 metros de largo por 110 metros en su parte más ancha y 65 metros en su parte estrecha, y afecta la forma de un sexágono , aunque extremadamente irregular, y su terreno es quebrado de tal suerte que normalmente formaría pendientes de 14° a 32°,o sea de un 30 por 100 a un 65 por 100.

Este terreno, que hoy mirado desde el camino San Miguel aparece tener solución de continuidad, está cortado en cuatro de sus puntos por otros tantos torrentes de mayor o menor profundidad, y que han quedado cegados en su mayor parte, tales son: el de la escala dreta, que pasa junto a los aposentos de San José, sigue por debajo el monumento de la Inmaculada y aposentos de Santa Gertrudis [3] y desemboca en el torrente de Santa María: el segundo empezaba en el huerto interior, detrás de las capillas laterales de la Basílica ; atravesaba ésta por debajo de los altares de Santa Escolástica y del Santísimo, al N. y los altares de San Benito y de San José de Calasanz al S. y desembocaba en el mismo torrente de Santa María; el tercero, que podremos llamar del túnel , empezaba en la huerta interior, junto al safreig, pasaba junto a la parte oriental de la Escolanía a, atraviesa hoy la carretera y cae encima de la boca superior del túnel, y desemboca ochenta metros más abajo en el torrente de Santa María en su cruce con el camino de la Santa Cueva y frente al monumento del 4º misterio de Gozo; y el cuarto y último torrente empieza en la ladera meridional de la capilla de San Acisclo, atraviesa la carretera, otras dos veces el camino de la Santa Cueva. y desemboca en el mismo torrente de Santa María, mucho más abajo que el anterior.

Si se pasa la vista por el plano núm. 1 se verá que el primitivo monasterio, que abrazaba el perímetro señalado con los números 12,6,4,2,8,7,14 y 11, ocupaba tan solo la cúspide del pequeño cerro que se hallaba entre el torrente de la escala dreta y el de la Basílica, en suma unos 3.000 c. Desde San Miguel el Santuario era bastante visible, pues se destacaba en la cima del monasterio donde se alza el claustro gótico, no así para los que llegaba por la parte septentrional, pues después de haber dado la vuelta a la ermita de San Acisclo, debían rodear otros dos cerros[4] para que al llegar al lugar donde hoy se alza la cruz del milagro, al trasponer un peñón, aparecerla el ábside del temple antiguo, situado a la entrada del actual claustro en los siglos XIV y XV a que nos referimos.

Era a fines de este último siglo cuando el abad Cisneros que no descuidaba cuanto atañía al esplendor del Santuario, después de haber entablado la reforma y restablecido el orden en las cuatro Comunidades, propúsose levantar lo material del edificio para que este correspondiera a su elevación moral, y para ello encontró también el apoyo de los Reyes Católicos[5] . Así, hacia 1495, después de muchos estudios, se resolvió edificar un grandioso monasterio con sus claustros, de tal suerte que los Religiosos pudieran estar retirados del público, cosa imposible en el monasterio antiguo y que, a decir verdad, verdad, tampoco sucede en el actual: el plan era soberbio, esto es, destinar a monasterio toda la parte oriental y a hospedería la parte occidental; la Iglesia dividiría ambas secciones y tendría comunicación directa con ellas. Púsose luego manos a la obra, y antes y antes que echar, por decirlo así la primera piedra del futuro edificio, debía procederse a rellenar el profundo torrente que obstruía el paso, enterrando en el una gran suma de caudales y de trabajo[6]. Esta obra pudo realizarse en diez años, gracias al auxilio que para ello prestaron los Reyes Católicos y a las cuestaciones que a este fin se efectuaron por toda España; pues la soberbia muralla de piedra toda de sillería tiene 110 metros de largo por más de 10 de elevación sobre el nivel del suelo, y tres metros y medio de ancho en su parte inferior y dos metros en la superior: es la que hoy se ve junto â la carretera desde un bordón piedra abajo; empieza en la roca vida dentro de los actuales aposentos de San Millán, sigue hasta debajo del Camarín [7] y dando la vuelta hacia el N. termina junto el edificio de la antigua Escolanía En esta disposición murieron en poco años Dª Isabel y D. Fernando, y recordando éste en sus últimos días aquella obra para él tan querida, dejó en su testamento al Monasterio de Montserrat los enseres, máquinas, instrumentos y materiales que al efecto se empleaban.

Así es que a principios del siglo XVI Montserrat ganó mucho en perspectiva, vislumbrándose en gran parte lo que llegaría a ser más tarde; podía consolar a los peregrinos, porque aparecía más pronto a su visa la cerca del Santuario, y por espacio de medio siglo tras el ábside del antiguo templo existió una plaza inmensa de 95 metros de largo por 32 metros de ancho, y que los monjes aprovecharon interinamente ara diversas oficinas, tales como gallinería (1514), lavatorio de los monjes (1532 poco más o menos), y en parte la antigua torre de las campanas (hacia el 1550)-

 

Plano I. Montserrat. Principios del siglo XVI (escala 1×2000)

De entre los monjes de entonces ninguno pensaba en el destino que al fin debía caber a los fundamentos del proyectado monasterio, y sin embargo, en medo de ellos estaba quien miraba como a hurtadillas aquel bellísimo y espacioso solar, y se decía adentros

“ Quan jo seré gran, ja hi faré un temple gran” Era el niño Garriga, quien desde 1511 se hallaba entre los escolanes: el sin duda vería con cierta tristeza como los abades de aquella época, Muñoz, Burgos y Pedroche (1510-1542) trabajaban con ahínco y efímeros resultados en las obras de ensanche de la iglesia vieja, que de día en día resultaban más Insuficiente, y creía con razón que no era justo que mientras la Señora de la casa residía en palacio tan mezquino y lóbrego, si bien lleno de venerandos recuerdos, los servidores de la misma tuvieran a su disposición un extenso terreno donde edificar su morada[8]. Tal era Montserrat en esa época, según puede verse en gran parte en el plano 1[9].

En el período de 1560-1592 se trabajó en el nuevo templo, y de 1592 a 1610 en su embellecimiento, todo lo cual superó a la enorme suma de más de doscientos mil ducados; la topografía de Montserrat poco cambió en este período, salva la inmensa mole del nuevo templo, que compite dignamente con las peñas que le rodean. De ello nos dará aluna idea el plano num. 2 [10] 

Entrado ya el siglo XVII empieza un gran período de actividad, que a pesar de las discordias y aun guerras, propias de aquella época, no se aminoró en lo más mínimo hasta comienzos del siglo XIX. Era infinito el número de peregrinos de toda condición, nación y edad que llamaba todos los días a las puertas del Santuario, la fama pregonaba los milagros de la Virgen por todo el orbe, y los monjes que habían visto de antemano y aun acariciado los planes do un Cisneros y de un Garriga, estaban perplejos sin saber que partido tomar. Como hemos indicado y veremos luego, los edificios, que en sus comienzos constaran solo de un piso o dos, se veían sucesivamente abatidos bajo el peso de dos o tres más altos de celdas, lográndose de momento ganar en altura lo que faltaba en extensión; lo accidentado de la montaña, lo reducido del espacio, la necesidad de su derribo general de todo lo existente, pero sin que pudieran dejar por un solo día el cumplimiento de los deberes de la hospitalidad, el deseo de conservar i lugares respetables por muchos títulos y lo crecido de los presupuestos de obras en este lugar solitario, fueron, al igual que hoy día dificultades no fáciles de resolver; y mientras se discutían los temas, no dejaban de apremiar las necesidades, era necesario conservar lo que amenazaba ruina, mejorar las condiciones de lo existente, ampliarlo en lo posible, y esto explicará fácilmente al lector por qué Montserrat en 1602 como en 1811 (véanse los respectivos grabados)[11] siempre ha sido un cúmulo de pequeños edificios, unos altos, otros bajos, de diversos estilos y épocas variadas, y que por la interinidad que representaron (salvo el claustro) no predominaba en ellos estilo especial ni les caracterizaba lo esbelto y grandioso de la obra.

Era a fines del siglo XIII cuando el Monasterio vio que era imposible continuar en ese estado y determinó dar un paso gigantesco, cual era empezar a derribar lo existente para edificar dos claustros. En 14 de septiembre de 1765 el abad P. Benito Argerich puso la primera piedra del monumental edificio (plano 3, nº 27) y en 1766 la última por la parte que mira a la carretera: para ello solo había sido preciso demoler el antiguo edificio de la enfermería, las celdas llamadas del emperador y de la emperatriz, el refectorio y cocina de los pobres, y otras celdas de menor importancia: en 1767 se continuó la obra interior del claustro demoliendo a su vez los edificios contiguos a la iglesia vieja, tales como el noviciado,  biblioteca, capilla de las Vírgenes, sala de la colación, la casa de oración o capilla de San Benito, parte del claustro del abad, llamado también de los monjes [12], Cámara abacial, y por fin la iglesia vieja en1794 (20 de Octubre), desapareciendo con ello una serie de monumentos que, si bien no lo eran como obra de arte, lo eran por los recuerdos que encerraban, y por ser piedras vivientes de la historia de Montserrat. El esbelto campanario que había comenzado el abad Ferran (1673-77) quedo empotrado en la obra nueva, de lo que resultó perder toda su perspectiva.

Desde 1792 en adelante fue terminándose y habilitándose la obra nueva, con no pocos esfuerzos, pues el Monasterio con la pérdida de un pleito perdió también una fuente muy principal de ingresos que reservaba para ella, para la Escolanía cuyos fundamentos en toda su sección longitudinal se habían comenzado en1767 (plano3, n.º 24) y para una grandiosa Sacristía y Camarín, cuyos proyectos ni si quiera llegaron a esbozarse [13]. Los hechos de que desde 1789 era teatro Francia, llamaron la atención de toda Europa, y los monjes creyeron deber abandonar, aun que interinamente, la realización de sus proyectos. Pocos años debían transcurrir, y tales en sueños de grandeza pasarían a formar un capitulo de la historia.

Plano II. Montserrat en el sglo XVIII

Tal era, pues, la situación del Monasterio y sus edificios en25 de Julio de 1811, cuando los franceses entraron por segunda vez en el Santuario, lo saquearon y profanaron, y en 11 de Octubre le pegaron fuego: lo que éste respetó destruyólo la pólvora en Julio de 1812; tan solo pudieron resistir a tales tormentas las paredes maestras de los edificios monumentales, cuyo espesor de tres metros a un metro en su parte superior contrarrestó los efectos de la explosión. Salváronse también providencialmente algunos otros pequeños edificios de que luego hablaremos.

Réstanos, pues, ahora dar una nota explicativa [14] de los tres planos que ofrecemos a nuestros lectores a fin de que puedan mejor darse cuenta del estado del Monasterio a fines del siglo XVIII, hasta 25 de Julio de 1811[15]:

A.—1. Basílica levantada por el Abad Garriga y sus sucesores (1560-92): tiene de largo por parte de afuera unos 68 metros , y quitades las paredes, 62 metros ; de ancho unos 32 metros ; la nave interior 15 metros; de alto desde el nivel de la carretera hasta el cordón de piedra o piso de la iglesia , cerca de once metros; de ahí hasta el primer piso sobre las tribunas, 20 metros; y los dos pisos arriba indicados,7 metros ; tota l38 metros hasta el alero del tejado. Debajo de la sacristía estaba el tesoro (la platería); después desde 1853 hasta 1877 fue catacumbas, y hoy es una capilla particular. encima de la Sacristía estaban las celdas de los Padres Sacristán mayor y Maestro de los escolanes, y allí cerca hasta 1854 el dormitorio de los niños escolanes: hoy en parte ha sido reformado para construir el nuevo Camarín, y en parte son capillas particulares. La basílica tiene doce capillas bajas y doce altas; encima de éstas en 1811 había un piso con catorce celdas, siete sobre las de la parte del Evangelio y siete sobre las de la Epístola; hoy ha y dos pisos con habitaciones[16]. Sobre la bóveda de la iglesia a la altura de unos siete metros que tiene el tejado, había el cimborio que se elevaba unos ocho metros. Esta obra, sin contar el gasto incalculable de los fundamentos, exigió en el decurso del siglo XVI más de doscientos mil ducados con el decorado interior.

B.—2.  Iglesia vieja, cuyo altar mayor fue consagrado en 1341; era de tres naves, pero cuatro veces menor que la actual Basílica ocupaba lo que hoy es entrada del claustro y una pequeña parte de él; tenía veintitrés sepulturas y dos de ellas (la de Juan de Aragón y Bernardo de Vilamarí[17] era de admirable hechura y estaban fijadas en lo alto de la pared, una a cada parte: encima de la iglesia estaba la C a mara abacial y parte de la enfermería (v.G-H, números 3 y 8). A principios del siglo XVI era reducidísima, pues constaba de una sola nave de 20 metros de largo, por 13 de ancho y unos12 de elevación; en 1510-1537 se le agregaron las dos naves y dos puertas laterales y un nuevo ábside, por lo que tenía 25 metros de largo, 17 de ancho y 12 de elevación, y además la ala N del claustro gótico, como se verá luego [18]. Comenzó a ser destruida en 20 de Octubre de1794 para dar lugar a la obra nueva o claustro actual.

C—3.  Claustro gótico, edificado por el Abad de la Rovere (después Julio II) en 1476. En medio de él ha y una cisterna casi cuadrada capaz de unos 270 metros cúbicos; en el paño que mira a levante, sobre la iglesia vieja había parte de la celda abacial , y otra celda sobre ésta; en el paño del Norte tenía dos altos de celdas (igual que hoy día), y en su piso inferior, lo que actualmente es tienda de medallas y el reducido espacio superior, era una especie de capilla del Santísimo que comunicaba con la iglesia vieja, y donde había instalado los confesionarios para evitar el ruido de los peregrinos; encima de ésta existe aún la entrada y escalera del refectorio de pescado (v.F. n.º 6); en la parte de Poniente, donde hoy se hallan los aposentos de San José, antes de San Pedro Nolasco, había la mayordomía y dos altos de galerías; y en la parte de Mediodía, sobre lo que hoy es plaza había el llamado claustro dels llangardaixos [19], construido por los abades Viver (1350-1376) y Vilalba (1409-1439), y junto a éste el patio o sala llamado de la tabla de las misas, debajo del cual se hallaban las caballerizas, y encima el cuarto del abad, y sobre éste tres cuartos para peregrinos.

D.—4. Claustro del abad, parece que era también llamado de los monjes [20], tenía al Oriente la Casa de oración u oratorio particular de la Comunidad y una gran celda sobre ella, al Norte y junto a la casa de oración la Colación, sala magníficamente pintada (según se dice) por el Hno. Guido Barre, religioso flamenco de este Monasterio en1546: lo que se sabe es que en esta sala de la Colación existía una célebre tabla de Pedro Serafín, empezada en 1554 y terminada en1578, representando el Juicio final. En1750, antes de destruir este edificio, fue trasladada a la antesacristía, y allí se perdió en Julio de 1811. por los mismos años, en1575, Benito Galindo doró el artesonado de esta sala y pintó para ella diez y siete preciosos cuadros de claro oscuro que representaban pasajes del Apocalipsis, Profetas, Encarnación, etc.: al igual que la tabla anterior, en1750, fueron trasladados a la sala llamada Pretiosa [21] ; sobre la pieza o sala antigua de la colación había además otros dos pisos o altos de celdas. A Poniente tenía dos patios de los dos dormitorios principales, uno sobre otro; y a Mediodía tenía dos celdas, y otra más grande encima de éstas . En uno de sus ángulos, en el SE., junto al campanario existía la magnífica escalera construida por los abades Porrasa y Bayls (1633-37), volada en1811 [22] .

E.—5. Cillerería o Refectorio donde se comía carne: es el actual de la Comunidad; lo edificó el abad Pi (1625-29) en el solar que antiguamente había sido hospital y cementerio para peregrinos, que fueron trasladados junto a S. Acisclo. Salvado de las catástrofes de1811 y 1812, púsose en él la santa Imagen: abandonado después para otros usos, el P. Muntadas lo restauró hacia1875.

F.—6. Refectorio de pescado, y tenía su puerta en el Angulo NE. del claustro gótico que en parte se conserva: lo mejoró el abad Pedro I de Burgos (1512) y había sobre él dos altos de celdas con sus dormitorios (de distintes épocas) principales y parte de la Rochela [23]:este Refectorio y el anterior estaban adornados de muchos y preciosos cuadros por el abad Pi (1625-29). Debajo de él estaba la bodega que reformó el abad Garriga y cuya puerta y hermosos arcos en parte se conservan.

G.—7. Cámara abacial que arreglaron con esplendidez los abades Sala(1682-4) y Jiménez(1585-9), y sobre ella el P. Novell (1729) edificó otra celda: tenía debajo la cocina de los peregrinos y el cuarto del médico, debajo de aquella la oficina del horno o el Pastim, y debajo de ése el cuarto del P . Aposentador .

H.—8. Enfermería, que aumentaron en sus tiempos los abades Cisneros y Santiago: debajo estaba el cuarto del Emperador, y otros para peregrinos hacia la parte del Mediodía, y en el piso inferior el cuarto de la Emperatriz[24] (1), el refectorio y cocina de los pobres y otros cuartos para hospedar peregrinos.

I.—9. Noviciado que estaba en lo más alto del Monasterio, edificado por el abad Cisneros y reformado en otras épocas: debajo de él estaba la librería (nueva), y debajo de ésta el Signo, que el abad Costa adornó con los retratos de los Sumos Pontífices. Parece que para ganar el local que preveían se perdería con la obra nueva que se trataba de emprender, en1745 el abad Corts hizo terraplenar el terreno que se halla al lado septentrional de la Basílica y levantó los Fuertes arcos que lo sostienen.

K.—10. Campanario: dé los dos que aquí han existido, ninguno ha llegado a terminarse: el actual lo empezó el abad Ferran en1674, y las estatuas a él destinades pusiéronse alrededor del safareig, donde aun se conservan, aunque mutilades. Son obra del conocido Hermano Ven. José de S. Benito (de les llànties).

Plano III. Montserrat en 1811 ) escala 1×2000)

L.—11. Mayordomía (en el piso primero) edificada en1625 sobre otro piso donde había cuatro cuartos muy antiguos para  hospedar peregrinos, y encima dos altos de celdas edificados en1658 que miraban a la antigua plaza, así llamado el espacio que media entre los actuales aposentos de San José y los de S. Plácido hasta los de Santa Teresa. Los restos de este edificio junto con la llamada torre (aposentos de San Pedro Nolasco) (v.O—14) fueron derruidos en1890 para edificar en su solar los aposentos de San José.

M.—12. Cocina: ampliada en1625 al construirse el actual refectorio (v.E-5); tenía sobre ella tres altos de celdas con parte de las de la Rochela(v.F.-6.), y también la sastrería; hoy su solar está ocupado por varias dependencias, patios y aposentos de San José de Calasanz: uno de los hornos de la cocina restaurado sirvió interinamente para el panhasta1878, en que fue trasladado a otro ángulo de la misma.

N.—1.3. Celda llamada de la cisterna grande o de la mayordomía (cisterna de San Plácido) edificada por el abad Cisneros, tenía debajo el refectorio de los Hermanos legos y Niños escolanes (hoy parte de los aposentos de San Mauro), el matadero, junto a la puerta del huerto y de las ermitas (escala dreta); y encima otra celda grande semejante a ella (hoy aposento de San Plácido), que había edificado el abad Cordellas (1689-93). Sobre parte de la mayordomía (hoy aposentos de S.Mauro) el abad Saragossa (1657) edificó dos pisos de celdas (hoy San Plácido).

O.—14. Botica: tenía debajo parte de las caballerizas que continuaban por la actual plaza, debajo del monumento a la Inmaculada, hasta los aposentos de San Francisco de Borja; encima de la botica estaba el cuarto del Rey [25]; encima de éste, parte de la mayordomía, y en lo más alto la celda llamada de la torre [26]. Por esto la puerta del convento adosada a la torre, que es la actual de San José, se llamaba puerta de la botica o de la apotecaría.

P.—15. Barbería: tenía debajo la confitería y donde se trabajaban las veles de sebo. De esta parte no se conserva ni el más insignificante resto: aquí cerca el abad Cisneros hizo la primitiva librería que después al ser trasladada por el abad Pedro I de Burgos se convirtió en despensa.

Q.—16. Patio de la iglesia nueva en los siglos XVII y XVIII  hasta1753—1794 en que se construyó el actual claustro, rebaja do en unos dos metros una parte del terreno.

R.—17. Antiguo Capítulo construido por el Prior Vilaregut (l334-49) que tenía debajo parte de la iglesia vieja, y ante su entrada o sea en el ante capítulo había la capilla de las Vírgenes, con el sepulcro del Prior P. Jaime Viver, que murió en olor de santidad a 19 de Mayo de 1375. Todoello fué destruido en 1794 para edificar la obra nueva o actual claustro.

S.—18. Cuarto de D. Guillen[27] (1), llamado también casa del médico; tenía debajo la pallissa (el depósito de paja), y encima cuatro cuartos donde hospedar peregrinos.

T.—19. Cerería, empezada en 1512 por el abad Burgos, y estaba contigua al cuarto de D. Guillen; hoy, en vísperas de desaparecer por su estado ruinoso y para ensanchar la calle, sirve en parte de residencia de las Hermanas dominicas (antiguos aposentos de San Ignacio), y en parte son los llamados aposentos de Santa Gertrudis.

V.—20. Tienda, Carnicería, y la casa de los albañiles (dels mestres), contiguas la una a la otra: en uno de sus ángulos estaba la llamada casa del pastor, que después del incendio hasta1894 fue la casa de los pobres: hoy son los aposentos de Santa Escolástica, próximos a desaparecer como el anterior.

X.—21. Hospital edificado por el abad Tocco en el siglo XVI (hoy aposentos del V. José de S. Benito) trasladándolo con el cementerio del solar adyacente a S. Acisclo, y está en medio de la antigua y única plaza, tenía como hoy dos pisos; debajo estaban la carpintería y guardarropa (hoy caballerizas); a la parte de mediodía, hoy aposentos de SantaTeresa, estaba en los siglos XVI y XVII el cementerio [28] y el llamado hort del Pastor; y al Norte existía y a en el siglo XVII para el uso de las caballerías, una gran balsa de agua, capaz de unos 500m. cúb. y que hoy está cubierta por la parte más nueva de los aposentos de San Alfonso.

 Y .—22. La edificó primeramente el abad Felipe de Santiago (1564-66) y se llamaba la casa grande de la plaza; después en el siglo XVII fue la Herrería que tenía a la parte Norte la barbería para peregrinos y criados, y una balsa de agua para las caballerías; a la de mediodía la bastería (guarnicionero), y encima de todos ellos los arrieros. Esta casa fué después conocida por la dels de Collbató, tal vez por ser hijos de dicho pueblo la mayor parte de los arrieros: actualmente son la parte más antigua de los aposentos conocidos por S. Alfonso. La balsa capaz de unos 140m. cúb. fue cubierta hace pocos años para edificar encima el actual salón del despacho de aposentos.

Z.—23. Caballerizas, ampliades en gran parte durante el siglo XVIII; encima hacia la parte N. había el patio de la tabla de las misas y parte del claustro dels llangardaixos (v. C-3); sobre éste el cuarto del Abad, y encima de este tres cuartos para hospedar peregrinos. Hoy en su totalidad están reducidas a la actual gran plaza, pero una parte de elles se halla en regular estado de conservación, según se ha comprobado en varias excavaciones: una de dichas cuadras el abad Muntadas la convirtió en1870 en cisterna donde recoger el agua para los lavaderos; es la cisterna llamada de Santa Gertrudis.

24.— Fundamentos de la actual Escolanía, comenzados en 1767, y abandonados hasta un siglo después (1854 y 1909).

25.— Cisterna abierta en la roca viva por el abad Costa (1617), quien hizo también el puente de piedra que conduce a ella desde el piso superior de la iglesia: es capaz de unos 400 m. cúb.

26.— Aljibe o safreig, construido por el abad Cordellas en1690, capaz de mil quinientos m. cúb.; las estatuas que lo adornaban fueron construidas por el V. Hno. José de S. Benito y estaban destinades al nuevo campanario.

27.— Obra nueva, o claustro cuya primera piedra se puso en1753.

Montserrat en 1602 – El Santuario y la Capilla de la Sabta Cueva

28.— Cruz del milagro, donde se hizo inmóvil la Santa Imagen, es de construcción reciente, pues desapareció en 1811 la que antes existía.

29.— Antigua casa de los pobres, levantada por el abad Novell en 1729 con limosnas de Felipe V: en1768 un criado del horno gastó 900 libras para aderezar la mejor: en 1855 fueron aprovechadas sus ruinas para instalar en elles el Restaurant que ha sido ensanchado posteriormente.

La cerca del Monasterio ha sido desde el siglo XVI (y aún casi desde el XV) siempre la misma, si bien son varios los abades que debieron restaurarla: la clausura para los monjes terminaba antiguamente en la roca de la llicencia, situada poco antes de llegar a la ermita de San Miguel, y en los Degotalls.

Para terminar estos apuntes basta solo añadir que la capilla de la Santa Cueva, cuyo croquis se ve en un ángulo de la vista del Santuario en  1602, fue edificada por un religioso de este monasterio en1551 a consecuencia de un voto; no consta cual fuese la capilla que existiera anteriormente a ésta. Ella perseveró hasta 1631en que se edificó la actual por la marquesa de Tamarit: incendiada en Julio de1811 y de1812, fue restaurada con alguna modificación en su portada y abierta nuevamente al culto en1864.

 Ramon Colomé

 

[1] Esta falta ha venido apareciendo a medida que en nuestros días se ha tratado de levantar nuevos edificios, pues se ha comprobado que la mayor parte de los edificios anteriores al siglo XVI carecen de fundamentos firmes, pues para levantar un sólo piso no era necesario exponerse a abrir zanjas enormes: así se vio al edificar los aposentos de San José, los de Nuestra Señora y en las reparaciones que acaban de hacerse en la tienda de medallas

[2] Para apreciar gráficamente cuanto aquí se dice, además de fijarse el lector en los planos adjuntos, con viene que tenga a su vista el Plànol topogràfic, que juntamente con el Mapa fue regalado y los suscriptores en Julio de 1909

[3] En este lugar el lecho del torrente se halla a unos 16 metros de profundidad bajo el nivel de la plaza

[4] Quedan aún algunos vestigios muy bien conservados de este camino, que se utilizó hasta1700, desde la ermita de los Santos Apóstoles hasta el pie del Camarín; con sus rampas y pendientes ¡cuánta diferencia de la carretera que pasa a algunos metros de distancia y a poca mayor altura!

[5] Este proyecto era acariciado por los Reyes antes de la reforma, pues los estudios empezaron en 1489 bajo la dirección del arquitecto Jacobo Verginali.

[6] Si el abad Cisneros hubiera proyectado levantar aquí la iglesia, seguramente no hubiera perdido el tiempo en tan ímprobo trabajo; la condición del terreno es tal que convidaba a edificar una muy espaciosa cripta, en la que hubieran hallado cabida los sepulcros de personas ilustres, y aun un gran número de altares para los días de mucha concurrencia de sacerdotes forasteros.

[7] El ángulo E. De esta enorme muralla debió ser demolido para abrir paso a la carretera

[8] Aunque con la obra de la abad Garriga quedo deshecho e inutilizado el proyecto del abad Cisneros, siempre será un timbre de gloria para quien levantó la soberbia Iglesia en lugar tan desacomodado.

[9] En este plano solo se ha fijado la parte central del monasterio, pues los números 12,13,etc… o fueron levantados posteriormente, o no poseemos sobre ellos datos ciertos.

[10] Este plano, algo exacto y bien proporcionado, pero bastante falto de perspectiva, lo debemos a la amabilidad del M.I. Dr. D. Cayetano Barraquer, quien con él ilustró su obra: “Las casas de los Religiosos en Cataluña en el primer tercio del siglo XIX” 2 vol. Barcelona, 1905.

[11] El primero es un grabado exactísimo del Santuario y de todo el monte, hecho por Fr. Jerónimo Strasser O.Fr. Minor, de nación austríaca, quien lo dibujó y grabó aquí mismo en 1602; y en verdad que su dibujo es exactísimo en demasía y de una fidelidad tal, aun en sus mínimos detalles y perspectiva, así el monte como el Santuario, que sorprende y no nos extrañaría que hubiera de pasar días y aun meses para dar fi a su trabajo. La escrupulosidad que vemos que gobierna en todas las piedras, paredes, ventanas, peñas, etc… que en su mayor parte hoy es dable cotejar, nos da a creer que la misma preside en todo lo que (poco relativamente) fe pasto de las llamas de 1811. Al pie de la estampa se leen los cuatro primeros de estos seis versos, que publicados sin nombre del autor, sabemos, por las iniciales con que vienen firmados, que son de P. Antonio Brenach

 

“Aspera saxa tenent serrata cacumina montis

Te, quam vix coeti regia celsa capit.

Vota viatorum pia suscipe flectere natum

Oramus nostras solicitare proces.

Monachi quotidie te vident, te rogant, te clamant :

Tua faves, nigra ne avertas formosa »

 

Hoy de esta estampa publicamos tan solo el Monasterio y la Santa Cueva, en otra ocasión publicaremos la montaña con sus ermitas: se publicó por primera vez en el vol. 4 de la Crónica de San Benito por el P. Antonio Yepes O.S.B. (1613)

 

Los restantes grabados son en su mayor parte sacados de Laborde en su viaje a España a fines del siglo XVIII.

 

[12] V, D . – 4 .

[13] Como en el plan primitivo del abad Garriga no entraba la traslación de la Sta. Imagen, ni por lo tanto el derribo de la iglesia vieja con sus capillas adyacentes, de aquí que no se viera entonces la necesidad de erigir un Camarín, de colocar en situación m a s desahogada la Sacristía, de aprovechar el desnivel del terreno para una espaciosa cripta con gran número de altares, etc., etc., necesidades que con el actual movimiento son de día en día mayormente sentidas.

[14] Algunos de estos datos han sido en parte tomados de la mencionada obra del Dr. Barraquer.

[15] El primer plano abraza la parte m a s antigua del Monasterio con el terraplén construido por  los Re y es Católicos: las líneas de puntos indican la situación del actual a fin de poder hacerse fácilmente un estado comparativo; el segundo, como hemos dicho, lo debemos a la amabilidad del doctor Barra que r, y aun que las proporciones son bastante exactas, falta la fidelidad en la dirección y en la perspectiva: el tercero lo hemos levantado aprovechando todos los datos obtenidos por documentos y excavaciones, excepto para la iglesia antigua y  habitaciones  con tiguas, de las que no se halla el más pequeño vestigio

[16] Ese adefesio, que tanto desdice de la Basílica, lo debemos a la misera situación en que después de la invasión francesa dejaron a nuestros monjes los españoles afrancesados: estos  piso s piden a voces una piqueta demoledora, pero antes es preciso buscar local y reunir los fondos suficientes  que tal obra representa.

[17] Parte de estos mausoleos son guardados en nuestro salón de antigüedades,

[18] No respondemos de la exactitud de esas medidas, tomadas por el Padre Muntadas, en vista de testigos oculares, pues como se hallaba elevada unos dos metros sobre el actual claustro, con el desmonte efectuado desaparecieron los fundamentos que pudieran dar alguna luz

[19] Es digno de notarse que en este claustro se colocaron unos retablos de 1288 (siglo XIII) que contaban la historia de Garí, poco más o menos tal como se cuenta hoy día: desaparecieron con el incendio de 1811.

[20] El Rmo. P. Muntadas dice que sus antecesores llamaban a este claustro el de las monjas, por ser el único del primitivo Monasterio, y para recordar la época en que según la tradición, residían en Montserrat Religiosas del Monasterio de San Pedro de las Puellas de Barcelona. Parece que desde 1794 la parte que se conservó de este claustro tomó el n o m b r e de claustro de la campana .

[21] Creemos que esta sala era la nueva Capitular, así llamada porque , entre otras funciones, en ella se reúnen los monjes para oir la lectura del Martirologio y rezar las preces de Prima que comienzan: Pretiosa, etc.

[22] Otras dos escaleras monumentales existían, de las cuales solo una se conserva, que es la antigua del Camarín, hecha en 1640: la otra era la de la portería, que también desapareció en 1811

[23] Una de las alas del claustro gótico, la septentrional, se conocía por el nombre de la Rochela, ignoramos por qué razón

[24] Estas habitaciones del Emperador y de la Emperatriz que adornó posteriormente el abad Saragossa, serían sin duda un recuerdo de las muchísimas visitas que hicieron a este Santuario sus egregios devotos el emperador Carlos V y su esposa.

[25] De este cuarto del rey o cámara real habla D. Juan I de Aragón en una de sus cartas, por la que manda que se pongan chimeneas en él, pues debía subir prontamente a Montserrat: todo quedó desmantelado después del Incendio de 1811.

[26] Llamábase torre porque en un principio tenía tres o cuatro piso s , y los edificios adyacentes solo uno o dos pisos : posteriormente no se distinguía de los demás sino por el sello de antigüedad y por su severo estilo románico

[27] Ignoramos la razón de este nombre.

[28] Además de los documentos, prueba su existencia el hallazgo de restos humanos en este solar.